miércoles, 14 de noviembre de 2007

Yo hago todo nuevo

Décima parte


Como consecuencia de ello Me puedes volver a percibir en ti, y esta percepción tiene lugar cuando caminas hacia el interior, cuando te purificas, cuando con la ayuda de Cristo transformas en energía positiva lo negativo con lo que te has cargado. Entonces experimentas cuán rico tú eres, hijo Mío.


¡En verdad tú eres rico! Tú eres como Yo, tu Padre, universo que ha tomado forma. Tú eres Mi imagen y semejanza. ¡Hazte consciente de ello! Mira, Yo deseo que vuelvas a convertirte en la palabra del universo, más aún, que vuelvas a ser la palabra del universo. Conviértete poco a poco en la palabra del universo hasta que vuelvas a ser por completo el universo. Entonces dirás también la palabra del universo, la ley del amor.

Mira, entonces ya no necesitas preguntar más. Tú lo sabes porque eres sabio. Ya no necesitas mirar a éste u otro lugar. Tú lo experimentas en ti porque estás en Mí.

Hijo, comprende: Tú llevas en ti el Infinito como esencia y fuerza. Da la vuelta y vuelve a ser lo que eres en Mi corazón: el ser puro eternamente

Hijo Mío, tú te encuentras de peregrinaje. ¿Cuándo habrás acabado este peregrinaje? Eso lo decides tú. Aquello con lo que te encuentras en este peregrinaje: la alegría y el sufrimiento, eso lo determinas tú. ¿Cuándo alcanzarás la meta? Eso lo determinas tú. Si vuelves a ir a una encarnación, eso lo decides tú. Tu siembra te lo dice y tú experimentas a tu siembra día a día, hora a hora y minuto a minuto. Lo que experimentas, eso purifícalo, entonces reconocerás cada vez más siembra y lo pondrás en orden; pues Cristo, tu Redentor, te ayuda en el autorreconocimiento y te ayuda también en la transformación, prestándote, dándote la fuerza para transformar lo negativo.

Continúa...

No hay comentarios: