miércoles, 14 de noviembre de 2007

YO HAGO TODO NUEVO
Tercera parte


El mundo imaginativo de Mis hijos se ha hecho grande. Por ello muchos ya no creen más en Mí, el Dios que habla. Ellos dejan que hablen teólogos y los denominados entendidos de la Biblia. Dejan que hablen los gobernantes de todos los pueblos y se dejan seducir por la charlatanería. Muchas personas ya no captan más que Yo, el Dios que habla, estoy en ellos. Para ellos son los dioses los que hablan: sus sueños de deseos, su egocentrismo, sus vehículos, su arrogancia, su avaricia y sus deseos de poder. Éstos son los dioses de este mundo. Ellos han seducido y siguen seduciendo a muchos.

A raíz de la seducción continua se creó poco a poco el cosmos material, se creó este planeta Tierra y progresivamente se crearon las envolturas, que vosotros llamáis “seres humanos”. Como consecuencia de ello vosotros sois seres humanos, es decir, envolturas en las que habita la vida eterna, Yo, la Luz Interna, en cada uno de vosotros.

Los menos de Mis hijos reconocen las legitimidades de la vida interna y menos aún su propia ley que dice: “lo que siembres, cosecharás”. Cada uno cree que el otro tiene que cosechar, pero no él mismo. Estas ideas fijas han conducido a los hombres hacia fuera, hacia el mundo de los sentidos y de los placeres sensoriales. Como consecuencia de ello ya no se puede captar al Dios que habla, pues Yo Soy la palabra del corazón. Pero quien ya no tiene más un corazón para su prójimo, para animales y plantas, es despiadado, y no se encuentra en comunicación Conmigo, sino con las fuerzas que actúan de forma destructiva sobre todo el sistema material.

Continúa...

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