miércoles, 14 de noviembre de 2007

Yo hago todo nuevo
Décimo-primera parte


Hijo Mío, ¿Qué quieres hacer? Si no deseas aceptar Mi Palabra, observa a este mundo. El mundo materialista muere desde su base. ¿Dónde te cobijas? ¿Cuándo te alcanzará? ¿Cómo te alcanzará? Tú lo determinas.

Mira, hijo Mío, tu Redentor y Yo, tu Padre, te ofrecemos la mano. Tú tienes el camino hacia el corazón del amor, hacia la luz en ti, que Yo Soy. Tú tienes los días, las horas, cada momento. Aprovecha el día y te experimentas a ti mismo. Tú tienes a un acompañante a tu lado, un ser que para ti es invisible. Él te da impulsos en tu conciencia. De muchas formas se te da ayuda, hijo Mío. Los Cielos están abiertos y los seres de la luz van hacia los hombres y hacia las almas en los planos de purificación.

Mi Espíritu actúa en cada hombre, en cada alma, sin embargo, hijo Mío, tú decides si deseas aceptar la ayuda o no. O sea, que tú determinas tu camino. ¿Hacia dónde te conduce? Si lo quieres saber, pregúntate a ti mismo. En lo que piensas, lo que sientes, lo que hablas y haces, eso es tu billete que al mismo tiempo te muestra tu camino, no el de tu prójimo –tu camino, hijo Mío.


Hijo Mío. Debes saber que el Dios que habla, que Yo Soy, y que se manifiesta a través de boca humana, también desea hablar en ti conscientemente. Camina por ello hacia el interior, sí, hacia el Cielo, pues el Cielo está en ti, de la misma forma que el infierno también puede estar en ti si sigues aumentando tus cargas cada vez más y vegetas en ellas hasta que el cuerpo se consuma. ¿Y que será entonces? Sufrimiento y miseria. ¿Por qué? Pregúntatelo, tú mismo te puedes dar las respuestas.
Continúa...

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