miércoles, 14 de noviembre de 2007

Yo hago todo nuevo

Octava parte


De este modo os ennoblecéis. Camináis cada vez más hacia el interior, hacia la Luz que habita en vosotros que Yo Soy. De esa manera podéis transformar comportamientos erróneos que desean irrumpir en vosotros como causas.

Todo lo que habéis causado está por lo tanto registrado en vuestro cerebro, está registrado en vuestros tejidos celulares, está escrito en vuestra alma, está grabado en los astros materiales y también en los ámbitos de purificación, allí donde se encontrarán vuestras almas después de la muerte de la envoltura.

Si los cuerpos se descomponen, también se descomponen los astros. Pero esa energía no se pierde, sino que se transforma en una forma más elevada. De esta manera se disuelve poco a poco la Caída. Mis hijos vuelven de nuevo hacia a Mí –hacia Mí, su Padre, pues Yo os mantengo a todos en Mi corazón. Y vosotros volveréis de nuevo a Mí, a Mi corazón, a la poderosa corriente universal, y volveréis a ser conscientemente Mi imagen y semejanza, seres puros tal y como Yo visualice y os cree, y tal como Yo os mantengo en Mi corazón.

Hijos, Mi Hijo, vuestro Redentor y Yo, vuestro Padre, queremos conduciros de vuelta; queremos ahorraros oprobio, enfermedades, necesidades, penurias, sufrimiento y muerte.

No obstante, cada uno tiene el libre albedrío. Quien no quiera oir, tendrá que sufrir. A raíz del libre albedrío también habéis creado vuestra ley del egocentrismo que es la ley causal para cada uno, la ley: “Lo que tú siembras, cosecharás”. No es el prójimo el que lo cosecha, sino vosotros lo cosecháis según el principio “Igual atrae a igual”. Tu siembra es de nuevo tu cosecha. ¿Dónde? En tu cuerpo físico y más tarde siendo alma en los ámbitos de purificación. Pues todas las energías negativas, es decir, la energía contraría a la ley divina, debe ser transformada en fuerza espiritual. Cada uno trae consigo lo que ha tomado y transformado de fuerza espiritual. Él lo transformará de nuevo en energía espiritual, de manera que la cantidad de energía espiritual es llevada devuelta a la corriente universal, a la Ley del Amor que Yo Soy, de la que vosotros sois y en la que viviréis eternamente.
Continúa...

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